lunes, 19 de septiembre de 2011

Estrella torcida

- Un dia menos, una tarde menos, una noche menos…- Se decía a sí misma cada día, en su habitación de tres por dos, al tomarse su manzanilla. Coleccionaba estrellas torcidas antes de ir a dormir, o eso nos decía.
 Los miércoles nos reuníamos todos, y a Coque  y a mí nos solía narrar historias inventadas, de monstruos, princesas, oscuros y retorcidos boticarios, mientras papá se limitaba a mirarla y a acariciarle el pelo. Nos reíamos tanto con ella… Era mejor así, de haber sido conscientes de que tenías esquizofrenia, todo hubiera sido distinto. Descansa mamá, con tus princesas, tus duendes y  tus torcidas estrellas.

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