lunes, 15 de octubre de 2012

La regordeta

Está a punto de salir una regordeta presumida por donde se pierde el día y la noche clarea. Crateada y resplandeciente, dispuesta a someter a sus cascabeles discípulos a la más temidas de las sombras, pues ¿Quién si no sería más capaz de llenar los rincones del cosmos de magia y las mentes noctámbulas de sueños que ella? La más ambigua de su gremio, dueña de la batuta que agita la serenidad de las olas del mar, eterna amante de un Dios que jamás ve aparecer a su lado y dueña de los aullidos más amargos y hasta candentes. Sin más espejo que los ojos que te admiran. Tú.

Cuán preciosa te muestras esta noche.

Iba a ir pero al final...


En fin...iba a ir pero al final...Joder, pues vaya, que estamos en ferias tómate un respiro y emborráchate. La juventud...que no tiene vergüenza ni la conoce (no, mi niño es muy jovencito para trabajar aun, no a mi niño que no le falte de nada, que ya estoy yo que soy su madre para resolverle todo, no allí no vayas, ¿pa' qué?) La juventud...que no valora. Yo de mayor...pues quiero ser funcionario ¿
Por qué? joder, porque no haces nada y ganas una pasta. Oye, ¿cuánto cuesta ese coche? no jodas, bueno, no pasa na, yo ahora pido un préstamo...ya lo iré pagando. Cucha ese ecuatoriano, a robarnos viene. Oye, tú, qué pringado, cucha cómo estudia, eres un empollón de mierda, anda deja eso que te voy a decir cuatro cosas que sí te van a dar resultado. Na, yo paso de hacer esto, cuesta demasiado esfuerzo, pasando. Tío, pues a mi me pasó eso ayer, ¿Ah, si? bua, eso no es nada, a mi me pasó algo muuuuucho peor; ya tío pero es que estoy jodido por eso que te digo, buaaa, que va tío, pero si eso no es nada. Lo mío más, lo mío menos. mío, mío, mis, mis, mis, paso, paso, paso, mio, mi, mi,mi, yo, yo. YO. LA CULPA...POR SUPUESTO: DEL VECINO. YO.


Breve resumen de la crisis MOTIVACIONAL por la que hemos ido pasando, hasta transformarse en la famosa "COSA" ("LA COSA" de los productores de...) . En una España rancia cargada de BLA-BLA, impregnada de pesimismo, un pesimismo que se contagia y que lleva adherido en su reverso, como si un grano en el culo fuera, una autocompasión acumulativa. El egocentrismo elevado a la máxima potencia, la avaricia, la soberbia y el conformismo supremo...condimentos más que destacados en este plato peninsulero, donde el cambio, más que una oportunidad de progreso, se ve como un imposible que nos saca de nuestro confort, porque dar el primer paso...cuesta. El día que dejemos de mirar al vecino y pongamos nuestras barbas a remojar, el día que aprendamos a observar con nuestros propios ojos lo que nos devuelve el espejo, en lugar mirar con los ojos de la mayoría...a lo mejor divisamos un cambio... Que está en nuestras manos, y no en la boca. Que está en nuestros sueños y no en nuestros PUEDO-NO-PUEDO. Yo ya estoy preparando la palangana. ¿Tú, que dices? 



Mayoría de Respuestas: "Sí, claro, como si fuera tan fácil"--> Excusa-->ERROR--> EL ciclo se repite.

domingo, 14 de octubre de 2012

No me pidas que te bese.


Empecé mintiendo en este verso-prosa-o lo que sea.
Mi primera pincelada se vistió de NO, no me pidas. 
Qué extraña manía la mía de decir siempre lo contrario a lo que siento: "No me pidas" cuando quiero decir "Adelante, pide, exige, que yo me encargaré de que nada te falte". 
Qué extraña manía la mía de enturbiar la ilusión y construir con los posos del pesimismo un muro inquebrantable.
¿A dónde voy? Me pregunto, si con las mentiras lo único que puede crecer en el interior es el sentimiento de pérdida y desolación.
¿A dónde voy con mis Noes Alamor? ¿Qué puedo perder si lo siento? ¿Qué puedo ganar si lo pierdo? ¿Qué?
Ninguna respuesta clara me atosiga en este momento. Ni puedo subir al cielo de la esperanza ni bajar al infierno de la soledad amarga; No. Me hallo en el purgatorio de las dudas, donde las bifurcaciones del destino se cruzan sin más remedio dejando una maraña indescifrable de alternativas y cambios.
Me dejo engullir por el engendro del pasotismo y cínica me muestro sin querer a los ojos del que a partir de ahora me busque, si es que queda algún valiente que se atreva a mirar más allá de estos ojos vacíos, a este corazón que simplemente late por necesidad.
Quien se atreviera a cruzar el recio muro, con tres consejos le obsequio:
   -No me ame, no sabría si algún día pudiera corresponderle.
   -No me quiera, no le podría asegurar que no vaya a cansarme.
  -No deje de intentarlo, no podría garantizarle que en algún momento pudiera cambiar de parecer.
Tres armas le recomiendo al futuro y aspirante caballero:
   -Paciencia.
   -Corazón.
   -Tesón.
Y sin más, con el propio estilo de quien no lo tiene, aquí abajo firma la que se despide de las prisas por encontrar el amor verdadero. 
¿Me sorprenderá la suerte? ¿El destino? ¿El azar? ¿La probabilidad? Quién sabe...



De corazón y científicamente...

Sus ojos

De corazón y científicamente recibimos las condolencias del médico forense y, sin más, le enterramos.
Tres meses han pasado y lo que no me puedo quitar de la cabeza no es el olor putrefacto, sus gritos desgarradores consumiéndose mientras el alquitrán le abrasa por debajo de la cintura, o la mirada vacía de Helena al recibir la noticia; no. Son sus ojos.
Lo he intentado casi todo para olvidar: pastillas, alcohol, psicoterapia, sexo con extraños… Aun así, me persigue esa mirada aterrorizada y consciente de que, mientras se quema, nada se puede hacer.

martes, 9 de octubre de 2012

Homenaje a mis sentidos: Los principios de la sangre siempre me desbordaron.

He aquí una cuestión que dejo en el aire con evidencias de que no será resuelta: ¿Tiene sentido?
Es una pregunta que últimamente ocupa más espacio de lo estrictamente necesario en mi cerebro, y la respuesta con la que zanjo esa duda que azota incesante mi malograda conciencia es con un simple ¡Puf!.
Porque simplemente me rindo a las lágrimas que se me escapan y no puedo justificar, porque me asfixian las palabras que escondo en el desván del arrepentimiento; porque la sangre me hierve a pocos grados cuando el deseo de levantar la mano y pedir ayuda supone más esfuerzo que esperar a que todo vuelva a su ser, que no es otro que el olvido.
¿Cuántas perras me cuesta ser sincera? Eso llevo preguntándome hace ya tiempo, cuando a la cagalera le puse el pañal de la valentía, pero claro, sólo tapé el paquete y la mierda, no por ello, dejó de oler.
Y... cómo fingir el orgullo que se esconde detrás de unas gafas de culo de vaso del cristal "ignorance" si ya hace tiempo que me operaron. Miopía, dijeron. No soy oculista, me perdonen los expertos por mi descaro al afirmar cuál era mi dolencia realmente: Mioemofalta. Sí, así es. ¿Qué es exactamente? Pues es una patología que se define así: Defecto de la visión causado por la incapacidad del cristalino de enfocar las cosas que están más allá de los sentimientos. 
Llevé unas buenas gafas durante algún tiempo, aunque algunas veces flirteaba con las lentillas y hasta alguna vez probé a ir sin nada, a sabiendas de que podría confundirme con la gente, pegarme un porrazo o...vete tú a saber.
El caso es que hace unos años me operaron y creo que la concepción de la realidad cambió bastante para mí. No necesitaba lentes, pero conservo la manía de rozarme el tabique nasal para hacer el amago de subirme las gafas que ya no llevo.
¿Tiene sentido?
No hace mucho volví a sentir que se me nublaba la vista, sentí ese extraño miedo que advertí la primera vez: ¿Me estaré quedando ciega? Las pulsaciones se aceleran, un sudor incipiente recorre tus manos y la espalda y te falta un poco el aire. Al fin y al cabo, el que nace con alguna patología, aunque se opere y haga su vida normal... ¿Quién te asegura que tras el mejoramiento no habrá secuelas? ¿Quién te asegura además que esas secuelas no acentúen aún más tu dolencia que la que padecías antes de someterte a la operación?
¿Tiene sentido?
Vuelvo a sentir que siento y estoy rebuscando por los cajones del desengaño pastillas para no soñar, porque en el colchón de la seguridad donde me dejo caer empiezo a notar los muelles de la sin razón y empiezo a notar una ligera neblina que ya no sé si viene de la cabeza o la vagina. Fluyen los miedos como ascos y los deseos como agua corrompida. En medio estoy yo  y mi ceguera, mi lápiz sin punta y mis tripas gritando con la boca cerrada: ¡que siento con el estómago y pienso con los pies en el aire! 
Y no es ésto un galimatías o un jeroglífico de palabras inconexas, no. Simplemente son sentimientos, míos, que no me dejan ver más allá de los sentidos.
¿Tiene sentido?

lunes, 8 de octubre de 2012

Con esa exactitud tan característica de la ciencia...


Te amo.
Con esa exactitud tan característica de la ciencia me declaró sus intenciones. Tres palabras se me cruzaron por la mente: error, mentira y locura. Pero… ¿Quién es el valiente que le dice a un ciego “no lo veo”?
En su justa medida.
Con esa exactitud tan característica de la ciencia, el joven, incorporó las gotas: una, dos, tres, y media. Removió rápidamente para no dejar ni rastro. En el comedor, una mustia sonrisa de complacencia y un hambriento apretón de nalgas le están esperando. Antes de bendecir la mesa y recitar su sonado discurso, el viejo fraile,  disimuladamente le lanza, como ya es costumbre, un guiño y un humeante trazo del labio superior con la lengua. No imagina que tras veintitantos años implorando a Dios, con la sotana desajustada a la altura de la bragueta, esta noche San Pedro le tomará declaración.
Siete.
Con esa exactitud tan característica de la ciencia contó hasta siete y se lanzó, le daba tanto asco... Siete días anduvo dándole vueltas, hasta que finalmente se decidió. Siete cortes repartidos por el pecho y las extremidades le atizó; cortes decisivos y limpios, con precisión. Separar la cabeza del cuerpo fue lo más difícil, debía ser la falta de práctica y exceso de escrúpulos.
Nunca pensó que se derrochara tanta sangre al preparar una cena romántica, y menos aún, que la abundancia de curry desencadenaría una sucesión de gestos y palabras que les mantendría durante siete horas haciendo el amor.