Se acechan con sigilo casi siempre, pero nunca se rozan. Allá en la estratosfera de los sueños calculan porcentajes de lo que es posible y de lo que no lo es.
Presos de canciones sordas, versos de ciudad, musas y puzzles de lágrimas y sonrisas se hallan, en el laberinto literato-emocional.
Son conscientes de que flotan en el mismo manto estrellado, de que van hacia la misma dirección, de que no hay dos sin tres, pero siempre a contracorriente, a favor de lo intangible, a la inversa de la realidad.
Curiosa y extraña integral matemática elevada a menos uno...ecuación sin resolver...en el mismo eje de abscisas y ordenadas desordenadas, siempre perdidos en la espesura del infinito, ocupando a partes iguales el huequito oculto de la desazón.
Comparten páginas en blanco, tallan palabras con o sin sentido, siempre dando forma y brillo a los sentimientos, cada uno los suyos, siempre bajo los gritos del silencio, siempre con el corazón en el puño, cada uno a su manera, bocabajo y en botella.
1 comentario:
Y ahora qué te digo?
Simplemente, gracias. Y enhorabuena, has dado en el clavo una vez más!!
Un saludo, cirrocúmulo comatoso!
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