Hundido
El comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar
el umbral de la puerta, un balazo silencioso le atravesó el cráneo dejando los sesos
adheridos al gran ventanal de su despacho. Herido en la pierna derecha, y con
restos de sangre del comandante suizo, el detective Gillou Lemoine tomó un taxi con dirección al Aeroporto di Fiumicino.
No era la primera vez que su placa se llenaba de
sangre, pero esta vez sería totalmente diferente. Veinticinco minutos y todo
habría terminado.
Entró al baño de señoras del aeropuerto sigilosamente, por fin le había encontrado.
- ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué tú? Nunca imaginé que
el espía que llevo tantos años buscando y ahora debo eliminar, fueras tú.
- Lo siento papá, lo siento, lo siento- Decía llorando
y con extraño acento italiano mientras la sangre fluía del pecho y teñía su
camisa.
- Yo también. Je
t'aime ma petite.
Confianza
ciega
-El comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a
cruzar el umbral, señor, actuamos a tiempo, todo está controlado- Dijo Kamil,
con postura erguida y la vista al frente. Su ceñido uniforme acentuaba el
tamaño de sus pechos y su esbelta
figura.
- Está bien. He recibido el comunicado desde la
Embajada Suiza. El Pontífice está a salvo. Ocupe su puesto teniente- Le
contestó a escasos centímetros de su boca y sin apartar la mirada de su escote.
Kamil acató las órdenes del general Hunter y sin
conceder importancia a las miradas descaradas de éste salió del despacho.
Nada importaba,
una gran misión estaba por llegar.
- Sin sombra de sospecha. El Papa estará en la Piazza di Spagna a las
cuatro y media de esta tarde.
Prepárense para accionar la bomba- Dijo Kamil en alemán al descolgar el
teléfono.
- Suiza siempre le estará agradecida por su lealtad,
Kamil.
¡Maldición!
El
comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral, los polvos
Phungu y la inyección de sanguijuela asesina habían resultado efectivos. Volker
contaba a partir de ahora con treinta y
cinco escasos minutos para entrar al Archivum Secretum Vaticanum y concluir la
misión.
Cuarenta
y dos pasos para llegar a la estantería donde se encontraban las actas del
proceso contra el científico Galileo Galilei.
Tantos
años intentando acceder a estos documentos, tantas noches sin dormir, no creía
que llegaría tan lejos para lograrlo. Y ahí estaban, a tan solo veinte
centímetros de sus narices. Con sumo cuidado pudo sentir el tacto y el olor a
papel viejo. Justo en el preciso instante en que fue a abrir los documentos
para leer la primera hoja, perdió la visión. Todo se hizo borroso, su
respiración más rápida, aumento de presión sanguínea...
-
¡Maldición! ¡Me he vuelto a quedar dormido!
La espada de la fe
El
comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral, al mirar sus piernas
fue consciente de que jamás volvería a andar. La sangre fluía con demasiada fuerza,
pero no sentía ningún dolor, no sentía nada, solo lástima y compasión al
mirarla. En cambio Xiao Chen (bautizada como Husaam Udin por el islam) la terrorista China más buscada a nivel
mundial, emitía gritos incomprensibles
de rabia y frustración mientras le
miraba a los ojos. Por más que tiraba y tiraba de la anilla no conseguía
accionar la bomba que llevaba anudada a su chaleco.
In
nomine Patris Et Filii Et Spiritus Sancti
El comandante de la Guardia Suiza
nunca llegó a cruzar el umbral de los aposentos, a dos palmos del suelo estaba
la nota. El Cardenal Agustino yacía en la alfombra del pasillo con un disparo
de nueve milímetros en la sien. Podía
percibir, a distancia del cuerpo, el olor a plomo y a sangre. Con mucho
cuidado se acercó a la escena del crimen, no quería contaminar las pruebas con
sus huellas. Se colocó los guantes y sacó unas pinzas de su bolsillo derecho
del pantalón. Abrió la nota manchada de sangre y asombrado leyó su contenido:
-
Le avisé, sus esfuerzos por desvelar el mayor secreto de la iglesia católica
serían en vano. Demasiado tarde Su Eminencia, el secreto quedará sellado en el
olvido con su muerte. Despídase de su Dios, será el único que pueda ampararle.
In nomine Patris, et Filii, Et Spiritus Sancti. Amen.
¿Sólo o con leche?
El
comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral.
Horas
antes...
-Señor
comandante, ¿Cómo desea el café? ¿Sólo o con leche?-dijo Estrella servilmente.
-Como
siempre, lo tomaré sólo, gracias.- Señor, supongo que Fredreric le habrá
comentado sobre la visita que recibimos hoy. Si no es indiscreción, señor,
¿quién era? Su rostro me resultó familiar- Preguntaba mientras le servía el
café.
-
No me dijo nada. ¿Cómo era? ¿Qué quería?
-
Era un señor mayor, no recuerdo su nombre, era italiano. Estuvo tomando té y
hablando con Fredreric.
-
Que raro. Hace un momento estaba con él. Iré a...-
-¿Señor?
¿Está usted bien? ¡Señor! ¿Qué le ocurre? ¡Socorro!
-
Muy bien Estrella. Ahora todos sabrán que has sido tú. ¡Brillante!- Dijo repentinamente
Fredreric riendo desde la puerta.
-
Señor, ¿qué dice? ¡Yo no he hecho nada!
-
Por supuesto que sí, querida, le has servido el café.
Ciegos
El
comandante de la Guardia Suiza nunca llegó a cruzar el umbral, al menos nunca
fue consciente. Los cristales, hechos añicos, se le clavaron en los ojos
dejándole totalmente ciego. El museo está tan sumamente protegido e insonorizado,
que su rugido no hizo ni el menor eco en la sala. Torpe y dolorido, activó la
alarma. En cuestión de siete minutos y medio aparecieron los soldados.
-¿Cómo era? Descríbamelo-
-Ya le he
dicho que no lo vi, detective. Al disparar, los cristales se me clavaron y no
pude ver nada.- Está bien. Llévenle al hospital. ¿Señorita? ¿Dónde están las
cámaras de seguridad?
Después de que el detective Chalmer le tomara
declaración, el comandante fue llevado rápidamente al Complesso Ospedaliero San Giovanni Addolorata. En la ambulancia,
malherido y aquejado mantenía la mano derecha en su bolsillo, los diamantes y
la sortija eran demasiado valiosos como para perderlos ahora.
5 comentarios:
Me han encantado los textos, en especial el quinto y el penúltimo.
Una cosa que veo rara (si me permite la indiscrección): ser servicial no es lo mismo que ser servil, existen matices, ¿quisiste que la "asesina" pareciera servil o servicial? Gracias de antemano por responder.
Me da la sensación de que los textos tienen una limitación de palabras, ¿A qué se debe?
¡Cuántas preguntas! Espero, sepa disculpar mi atrevimiento.
Gracias y de nuevo, enhorabuena, ¡siga escribiendo!
Un saludo desde el país del sol...
jejejeje, ella no fue la asesina..jejejeje, fue Fredreric. Quería decir que lo hizo a modo de siervo, pero la palabra en sí da mucho juego, así cada uno lo interpreta a su manera.
No te preocupes, me gustan las críticas constructivas, soy una mera aficionada, los consejos bienvenidos son ;P
Sí, tiene una limitación de 150 palabras, es que los he presentado a un certamen de género negro, policiaca, que se celebraba en Getafe (Madrid). Los otros microrrelatos son de otro concurso, "relatos en cadena" de cadena ser, microrrelatos en 100 palabras.
Me alegro de que te hayan gustado y de tu visita!!
Por cierto, cual es el país del sol? ;)
Ah! y no me importa que preguntes, pregunta lo que quieras, yo respondo encantada.
Gracias de nuevo por tu visita y tus comentarios.
;)
Encoma, entre tantos disparos, finales patéticos, escotes sugerentes, etc., etc. cuesta hacerse a la idea de que estamos en el Vaticano, y que es un lugar usualmente sin peligros donde las monjitas acuden, llevando quizá su maletín, a tratar de negocios con la curia.jeje.
Tienes una gran imaginación, enhorabuena :)
jejejejeje...gracias ;)
Publicar un comentario