martes, 21 de febrero de 2012

Manolete

No estaba yo muy "católico" (como decía mi padre) esa tarde. Tal vez fuera el chato de vino caliente que me tomé a la hora del almuerzo, tal vez fuera el calor sofocante de agosto o incluso mi suerte. Puede que fuera el miedo a pensar que podía fracasar; tanta gente silbando, los "Paquito Chocolatero" y hasta "Er gato montes" flotando con olor a vino de bota...El caso es, que no podía imaginar que ese día saldría por la puerta grande de la muerte con las dos orejas y el rabo.

3 comentarios:

mr ignominioso dijo...

como se llamaba el toro?era Islero o ese es el de paquirri??me ha gustao aunke demasiao poetiko para un asesino.un besazo eskribidora

Rosa dijo...

El Islero fue, sí señor (no es que entienda mucho de toros yo, es que lo acabo de buscar en internet jeje, no me gustan los toros en absoluto, aunque lo que sí quizás me gusta es el bullicio que se forma en las gradas, los pasodobles, el vino de bota, los pañuelos, el sol pegándote y jodiéndote como nadie te jode, para mí eso es la función, no lo de abajo, pero "ea")

Gracias por tu lectura y comentario, amigo ignonimia.

Un abrazonube gigante.

Rosa dijo...

Es curioso, que una de las cosas por lo que España tiene fama, hasta emblema diría yo, sean "Los toros", es lo único por lo que nos manchamos las manos de sangre y no nos llaman asesinos, curioso pero cierto. Tantas cosas hay que cambiar...