¿Cuánto habría pasado desde que el juez dio la orden?
-¡Que lo manden a la horca!- Estalló colérico. En ese instante me despedí mentalmente de mis hijos, mi esposa y los sesenta años de existencia que me dejaría en el banco al caer.
¿Cuánto queda? El sol abrasa con furia y me impide alzar la vista para buscarlos entre la gente. ¿Cómo van a estar ahora sin mí?¿Quién cuidará de ellos?
Treinta años de vida parecen demasiados y tan breves cuando tienes que decir adiós...¿Cuál es mi crimen? ¡Cuál! ¿Por qué entregar a cambio mi cabeza? ¿Acaso alimentar a tu familia hambrienta es delito? Pues si robar una cabra al rey para mantener a los míos tiene tal precio, ¡Adelante, señor verdugo! ¡Se lo imploro! ¡Cumpla usted con su cometido!
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