Anduvo durante un lustro interminable por un extendido e infinito sendero en llamas...
Pocos arbustos yacian sanos a cada lado, sorprendidos de ocupar su puesto
y no ser arrasados por el poder envolvente del fuego. El resto del paisaje manchego,
transformandose en ceniza bailona, se desvanecia en el olvido. No podia ver nada,
los pizcos de llanura seca hacian cabriolas a través de las llamas, a escasos nanómetros
de sus pupilas, y entonces, en un momento de ceguera en el que no alcanzó recordar,
se adentró en aquel túnel. La sensación era tan indescriptible, que ni Cervantes hubiera
querido o podido recordar a qué lugar de La Mancha pertenecía. Ni siquiera el mismisimo
Van Gogh, abotargado de opio, hubiera podido plasmarlo en ningun cuadro, habria agotado
los tonos negros, cobrizos, metalicos, sanguinolentos (si acaso existen) de su paleta.
Fue consciente por un instante de lo cerca que está cielo invertido, de lo lejos que queda la
puerta de San Pedro, de lo lejos que queda el perdón, de cómo escuece la herida de la desesperación.
Perdiose entre sueños y recuerdos, entre risas y llantos, entre vasos y platos, buscando una pequeña rendija de luz, que le guiara hacia una salida, que le permitiera escapar de aquel subterráneo encenagado, lleno de mierda.
Desesperada, cogio del suelo una piedra y comenzó a escribir unas notas en el cemento,
en las que mezclaba palitos que señalaban los dias que iban pasando,con... canciones sin
vocal ni consonante, con... frases que nacían de su mente perturbada.
Allá, en la lejanía. escuchaba el eco de un mini ego que gritaba: "¡corre! deja las notas de
cemento, la manía y el tormento no se van a regocijar en tu debilidad, no te hace falta farol
ni candil, tú eres la luz que vas buscando, tú eres el faro que alumbra, tú eres la fuente de
la que el agua mana, deja el carboncillo en el suelo, deja de pintar, y aparta las manos de
tus ojos, que son las únicas que no te dejan ver".
Y fue entonces, cuando sin quererlo, abrió los ojos, hinchados de permanecer tanto y tanto
tiempo cerrados, fue entonces, cuando dejó de llorar y anotar palitos en la pared, y decidida se levantó.
Arrastrando los pies descalzos por el fango divisó una mínuscula puerta. -"Maldición! está
cerrada con llave!!"- Buscó incansable por cada rincón, -"Ahí está"-, ahi estaba, en un piquito
de la puerta, un bote con un licor y al lado una llave minuscula, -"¿Esto que es? ¿el cuento de Alicia?"- Pensó.
No, es su propia historia, en la que fue consciente de a que a veces los obstaculos que hay que
saltar te hacen sentir "pequeña" y vulnerable, pero que precisamente volver a sentirse pequeña
arropada por la ilusión y por la fantasía te dota de las alas que necesitas para salir volando y
seguir viviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario