viernes, 9 de septiembre de 2016

Inopia

Se viste de gata. Se calza sus delirios de grandeza, esos que le permiten levantarse una vez más. Se anota un "to be continue" en el pulmón, por si el aguijón de los besos de humo y las palabras de paso se le clavaran. Pero la historia se acaba y la enreda, como un laberinto de cuerdas de nudos sin hacer. Y un pedacito de su esencia sólo cabe ya en un bote de cartón que se empapa y se deshace.
Porque las medias tintas se inflaman en su garganta, pero las agujas del tiempo sin cabezal ya no le pinchan.
Levanta, gata, recoge tus huellas, tus cuatro vidas quebradas, y despídete al partir; que tus maullidos serán simplemente el eco acostado de tu propio desdén.

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