No sé si me hizo más daño tu
puñal en el pecho o tu semen agrio correteando por mi espalda, mancillando mi
dignidad.
No sé si te salió caro el precio
que pagaste por anudar tu criadilla valentía, ni siquiera sé si te lo pedí.
No sé si saliste corriendo al
verme sin moverte apenas del sofá, lo que sí sé es que tu miedo me salpicó.
No sé si quería conocerte,
besarte o hasta incluso (fíjate), abrazarte, ¿qué más da? Para lo que sirvió.
No quería ver el tamaño de tu
miembro, tal vez no tuvieras, al menos que fuera viril, no sé.
No sé si me escuchaste cuando te
miré, al menos no fingiste con tu silencio a gritos que te importó.
No sé si me abrí antes de piernas
que de corazón, sólo sé que debí abrir los ojos, cerrar la boca y olvidarte sin
más dilación.
No sé si servirán de algo mis
palabras, si te acordarás de mi nombre arañando el borde de tu cama, si te
masturbarás pensando que me dolió.
Quién sabe si por un momento te
amé o deseé que así fuera, lo que sí sé es que me llevé las turmas a modo de
sombrero, tu muda “sucia”, tu impotencia y mi desilusión; y te dejé como te
encontré, solo.
2 comentarios:
Grande! me ha encantado! Directo, crudo y brutalmente sincero! Muy bueno!
Muchas gracias, NOR!!! me alegro que lo disfrutaras.
Un abrazonube!!
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