Hackers
Se entrenaban para estar muertos, ¿qué podían hacer sino? Alimentándose
de la sangre de otros como sanguijuelas, allanando moradas, poniendo el huevo
donde no les correspondía. Las señales, muy a su pesar, estaban apareciendo. El
extraño ungüento que los dejaba adormecidos, las pinzas gigantes manejando el
aparato alargado con pinchos, ese olor tan fuerte, tan peculiar…Sabían que solo
era cuestión de tiempo que se produjera el exterminio.
OK-KO
Se entrenan
para estar muertos. Afilan con sumo cuidado los palos de escoba, sacan brillo a
las tapas de acero que habían usado antes para ahuyentar a las moscas de la
comida; y rezan, pidiendo misericordia a un dios que, hacía tiempo, no parecía
responder.
La arena
reposa sin ser pisada, el sol resplandeciente enciende ahora la ira de los allí
presentes y las bestias enjauladas esperan ansiosas la suculenta merienda que
les será entregada con el mayor e intenso aroma a sangre fresca. Ahora es el
momento. Hombres disfrazados de corderos luchan con lobos disfrazados de
hombres y, a tan solo un alzamiento de un trémulo pulgar, la vida o la muerte,
a gritos, reducida a cenizas quedará.
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